Recientemente hemos conocido la triste noticia del fallecimiento de Ian Murdock la noche del 28 de diciembre en circunstancias que aún están por esclarecer y rodeado de todo tipo de especulaciones. El Proyecto Debian se hacía eco del suceso:
Hay medios dedicados profesionalmente a informar en los que ir conociendo más datos sobre este asunto, pero desde el blog qué menos que presentar reconocimiento a Ian y su trabajo, especialmente cuando gran parte de lo que he aprendido de Linux ha sido utilizando Debian, la distribución y proyecto que él mismo fundó.
Sus aportaciones al mundo de la informática han sido enormes. Con Debian creó una distribución genuina y de desarrollo colaborativo según los principios GNU que a día de hoy sigue siendo un referente a nivel comunitario, empresarial y científico (por poner un ejemplo, se utiliza nada menos que en la Estación Espacial Internacional). Sentó también las bases para muchos proyectos futuros. Pensemos que todas las distribuciones derivadas como Ubuntu o la actual SteamOS no hubieran sido posibles sin sus aportaciones. De su trabajo en Sun Microsystems surgió nada menos que OpenSolaris. Fue también Director Técnico en la Fundación Linux y recientemente estaba involucrado en el equipo técnico de Docker, desde donde dieron la noticia de su fallecimiento inicialmente.
Dicen que una persona no muere realmente mientras haya quien la recuerde. Ian nos ha dejado un gran legado que estoy seguro perdurará por largo tiempo y por el que no será olvidado.